El oído es un órgano que convierte las ondas de sonido que están en el aire en información en tu cerebro, y puede percibir desde sonidos apenas audibles hasta sonidos muy fuertes, así como diferenciar el volumen y la distancia e identificar la dirección de una fuente sonora con mucha exactitud.
Consta de tres partes:
El oído externo
Es la parte visible del oído, también llamada aurícula, y el canal auditivo. Las ondas de sonido, transmitidas por el aire, se colectan y guían a través del canal auditivo hacia el tímpano, una membrana flexible y circular que vibra cuando las ondas golpean en él.
El oído medio
Es un espacio lleno de aire que está separado del oído externo por el tímpano. En él encontramos tres huesos minúsculos (llamados “huesecillos”): el martillo, el yunque y el estribo.
Estos huesos forman un puente desde el tímpano hasta el oído interno, y al vibrar, en respuesta a los movimientos del tímpano, amplifican y conducen el sonido al oído interno a través de la ventana oval.
Oído interno
El oído interno, o cóclea, tiene forma de concha de caracol y consta de muchas secciones membranosas llenas de líquido. Cuando los “huesecillos” conducen el sonido a la ventana oval, el líquido se mueve y estimula las células nerviosas del oído dentro de la cóclea. Estas células, a su vez, envían impulsos eléctricos a través del nervio auditivo hacia el cerebro, donde son interpretados como sonido.
- Necesitas esforzarte cuando te hablan o susurran: pierdes el hilo de la conversación porque confundes palabras, no entiendes las frases.
- Te cuesta oír si te hablan a tu espalda.
- Tienes que mirar a los labios de quien habla.
- Te resultan difíciles las conversaciones en grupo.
- Subes demasiado el volumen de la radio o de la TV.
- No entiendes que te dicen al teléfono.
- Tienes dificultades en entornos ruidosos.
- Sueles pedir que te repitan las cosas.
Causas más frecuentes de pérdida de audición
- Edad: Más del 30% de la población española mayor de 65 años sufre déficits auditivos más o menos graves. Es uno de los trastornos más comunes de la tercera edad.
- Herencia: si en la familia se han dado casos de hipoacusia, hay probabilidad alta de transmitirla a los hijos.
- Infecciones y enfermedades: pueden dañar el oído y provocar pérdidas auditivas más o menos graves, como por ejemplo la otitis, que es una enfermedad frecuente en la infancia.
- Alcohol, tabaco y fármacos: se ha constatado que ciertos fármacos pueden producir un efecto nocivo para el oído
Realizar deportes acuáticos, motociclismo… darse un chapuzón en la piscina o disfrutar del mar en verano son actividades que ya puedes realizar sin preocuparte de dañar tus oídos o agravar algún tipo de afección ya existente.
Los moldes a medida, ayudan a evitar la exposición a elementos externos, tanto agua como ruido, ayuda a proteger tus oídos de forma eficaz para disfrutar de lo que más te gusta.
Utiliza la mejor protección para tus actividades diarias sin preocuparte de la salud de tus oídos.
Protección frente al agua
¿Cómo puedo evitar la entrada de agua en mis oídos?
Con la utilización de tapones de baño. Se trata de protectores auditivos hechos a medida, flexibles, ligeros, resistentes y elaborados con materiales hipoalergénicos, destinados a proporcionar la máxima protección frente al agua.
Son perfectos para personas con perforación timpánica o con tendencia a padecer otitis, así como para deportistas acuáticos. Los pueden utilizar tanto niños como adultos.
- Reduce el número de aparatos sonoros que funcionan al mismo tiempo e intenta tenerlos siempre a un volumen bajo.
- No uses reproductores de música durante más de una hora al día y mantén el volumen por debajo del 60%.
- Utiliza protección auditiva si trabajas con equipos ruidosos.
- Sé especialmente cuidadoso con tus oídos cuando se presenten catarros, gripes o infecciones, ya que pueden causar pérdida auditiva.
- Usa tapones y sécate los oídos después de cada baño y en la piscina; así evitarás la humedad en el conducto auditivo y posibles problemas.
- No introduzcas objetos en tus oídos, ni siquiera los bastoncillos de algodón, ya que puedes dañar la membrana y el interior, y provocar tapones.
- Si detectas retrasos en el aprendizaje o en el habla en niños, conviene identificar posibles problemas auditivos.
- Visita a tu audioprotesista cuando notes molestias en tu audición.
- Es recomendable realizar una revisión auditiva cada año si tienes 50 años o más, a modo de prevención, ya que a esta edad se empieza a presentar la pérdida auditiva. (link a test audio online)
Se trata de una prueba sencilla e indolora que se realiza en una cabina insonorizada, en el gabinete audiológico, diseñada para efectuar diferentes análisis auditivos sin la interferencia de otros sonidos o ruidos externos.
Tras recopilar la máxima información posible del paciente, se lleva a cabo una otoscopia para comprobar que no hay tapones de cerumen, inflamaciones internas, supuraciones o perforaciones. A continuación, se practica una audiometría tonal vía aérea para determinar el umbral de audición del paciente y una audiometría tonal vía ósea que permite medir la capacidad de audición del oído interno. Por último, se realiza una audiometría verbal para evaluar la capacidad de distinguir entre sonidos de una misma palabra, así como una prueba del umbral de inconfort.