Miopía en niños: ¿cuándo poner gafas?
La miopía en niños y cuándo poner gafas u otros sistemas de corrección son cuestiones cada vez más relevantes cuando hablamos de salud visual. Como veremos a continuación, la miopía en niños sigue una tendencia al alza a nivel mundial, siendo uno de los grandes problemas de salud pública.
Qué es la miopía infantil
La miopía es una alteración visual debida a una anomalía de refracción ocular que hace que los rayos de luz no se enfoquen en la retina, sino delante de esta. En consecuencia, la visión cercana es suele ser óptima, pero la visión lejana es borrosa.
Generalmente, la miopía se manifiesta en la infancia, a partir de los 5 años de edad y progresa durante la etapa infantil y la adolescencia hasta los 18 o 20 años, aunque, en las miopías más severas, puede seguir incrementándose hasta los 25 años.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la miopía como una pandemia, pues considera este defecto visual como un gran problema de salud pública, y las cifras apoyan este hecho. En el año 2050 se estima que la miopía afectará al 50 % de la población mundial.
En nuestro país, según el Barómetro de la Miopía Infantil en España, la prevalencia actual es de uno cada cinco niños en edad escolar, lo que supone un incremento cercano al 20 % entre los años 2016 a 2021. El tramo de edad con mayor incidencia es el de 5 a 7 años.
Sin duda, estas cifras son razones de peso para realizar campañas de concienciación social acerca de la importancia de la detección precoz de la miopía en niños.
¿Por qué se produce la miopía?
Como hemos comentado, la miopía es una anomalía refractiva que suele manifestarse en la etapa infantil. La miopía se produce cuando:
- El crecimiento del globo ocular hace que sea demasiado largo, de adelante hacia atrás, impidiendo un buen enfoque lejano. Esta es la razón más habitual.
- Cuando ocurre un fallo de correlación entre los diferentes componentes del ojo (la curvatura corneal, la potencia del cristalino, la longitud axial y la profundidad de la cámara anterior).
Asimismo, existen una serie de factores que deben tenerse en cuenta al valorar la aparición de la miopía en niños:
- Factores congénitos. La miopía es hereditaria en gran parte de los casos.
- Factores ambientales. Las estadísticas muestran que el número de horas de uso de los dispositivos digitales al trabajar en entornos excesivamente cercanos y la calidad del sueño influyen en la aparición de la miopía. Los datos muestran que los niños miopes pasan más horas en visión próxima y duermen menos horas al día.
Tipos de miopía en niños
Existen dos tipos de miopía en niños, la miopía simple y la miopía patológica.
- La miopía simple o de desarrollo se considera una anomalía de refracción que aparece habitualmente en la edad escolar. Con los años va aumentando de forma regular hasta que se estabiliza al final del desarrollo. Este tipo de miopía suele presentar menos de 6 dioptrías y no conlleva otras patologías oculares degenerativas.
- La miopía patológica o magna es mucho menos frecuente. Comienza a manifestarse antes, pudiéndose detectar sobre los 4 años de edad incluso antes. Tiene un alto componente hereditario y suele comenzar con un número alto de dioptrías que tiende a aumentar en la edad adulta. Este tipo de miopía puede dar lugar a lesiones degenerativas que aparecen a partir de la quinta década de vida. La miopía patológica se considera una enfermedad ocular.
¿Mi hijo necesita gafas?
La miopía en niños puede ser difícil de detectar por parte de padres o profesores, sobre todo cuando se trata de niños de corta edad. En ocasiones, el niño miope no sabe que ve mal, pues nunca ha visto bien. Además, inconscientemente, cuando aparece la miopía, los niños desarrollan hábitos para acostumbrarse a esta forma de ver.
Reconocer las señales que pueden indicar algún problema de visión y acudir periódicamente a un profesional de la visión es importante para poder realizar una corrección temprana que será mucho más beneficiosa para la evolución futura.
Señales que podrían indicar la necesidad de gafas en niños
Es habitual que la miopía se detecte en la edad escolar, aunque es conveniente estar alerta ante posibles claves que sugieren la necesidad de utilizar gafas u otras medidas correctivas para niños:
- Fruncir o cerrar los ojos con frecuencia para intentar enfocar los objetos lejanos.
- Acercar demasiado los objetos a la cara o situarse demasiado cerca de la televisión. Quejarse de no ver bien la pizarra o la pantalla de proyecciones en clase.
- Tener dolor de cabeza con frecuencia.
- Preferir actividades que requieran visión cercana.
- Irritación y enrojecimiento de los ojos, tanto por forzar la visión como por frotarlos demasiado.
Importancia de consultar con un profesional de la visión
Ante una o más señales que nos indiquen una posible miopía que requiera el uso de gafas para niños, debemos solicitar una revisión de salud visual.
Es importante detectar la miopía de forma temprana para ralentizar su progresión y evitar que afecte a su rendimiento escolar o impida una óptima interacción social del niño.
La miopía en niños se corrige: beneficios de la corrección temprana
La miopía no puede revertirse, pero sí puede tratarse. La miopía en niños se corrige, logrando mejorar la visión y ralentizando su progreso. Una de las soluciones más efectivas para controlar la miopía en niños son los cristales Essilor Stellest®.
Las gafas Stellest no solo corrigen la miopía, sino que ayudan a controlar su progresión gracias a una innovadora tecnología que actúa a modo de escudo, ralentizando el avance y ofreciendo un óptimo desarrollo visual.
Cómo elegir las gafas adecuadas para niños
La elección de las gafas graduadas u otros sistemas de corrección más idóneas dependerá de la edad del pequeño. Si el niño es menor de 6 años son recomendables, en el caso de elegir las gafas, las monturas de silicona por su ligereza, resistencia y flexibilidad que las hace especialmente adecuadas para ajustarse mejor a su rostro.
A partir de los 6 años, el niño puede escoger las que le sean más cómodas y le gusten, optando por distintos materiales como la pasta, el plástico o los metales.
Además del gusto del niño, hay que tener en cuenta estos aspectos:
- Tamaño adecuado a su rostro, ni demasiado grandes ni pequeñas.
- El puente donde apoya la nariz debe ajustarse bien sobre la nariz del niño, sin ejercer demasiada presión.
- Los cristales deben cubrir todo el ojo para que no quede ningún ángulo de visión fuera de la lente.
Alternativas a las gafas
La cirugía no es una opción en el caso de la miopía en niños, pues la graduación debe haberse estabilizado, cosa que no sucede hasta, como mínimo, los 18 o 20 años.
Las lentillas y son una de las opciones más recomendadas a partir de los 6 o 7 años, si el niño ya tiene la madurez y la habilidad suficientes para manipularlas, por su eficacia para ralentizar el desarrollo de la miopía hasta en un 50 %.
La ortoqueratología es otra opción para corregir y ralentizar la miopía en niños. Consiste en el uso de lentes de contacto por la noche, mientras se duerme.
Cómo minimizar el desarrollo de la miopía en niños
Te damos algunos tips que ayudan a minimizar el avance de la miopía infantil:
- Uso de gafas o lentillas para corregir y controlar su progresión.
- Pasar el máximo tiempo posible al aire libre y realizar actividades en el exterior.
- Como nuestro día a día nos obliga a trabajar con estos dispositivos y no podemos prescindir de ellos, lo importante es la prevención, lo ideal es establecer una rutina de hábitos más saludables que nos permita hacer uso de las pantallas sin necesidad de exponer nuestros ojos a un esfuerzo excesivo.
- Dormir las horas suficientes.
Como ves, la miopía en niños se corrige. Si quieres más información sobre las gafas o las lentes de contacto para niños, consúltanos. Pide una cita en tu tienda más cercana y nuestros expertos estarán encantados de asesorarte.